Otro viaje

Corriendo cuesta abajo y saltando las diferentes etapas, llega al lado del camino un sonido extraño. Como decir que es un pájaro que siempre hubiese estado ahí. Sale de la basura y encuentra en el pedestal una cosa pequeña, la agarra y sigue su camino. En el medio del monte, más alto del horizonte puede tener un instate de seguridad donde abre la mano que tuvo apretada tanto rato y mira que es esa cosa. Cosa enredada entre tantos hilos que parecen pelos, más bien son una cruza entre el pelo y el cable, no se sabe bien que es, sólo se entiende que debajo de todo esto hay una especie de pelota. Una pelota brillante, luminosa.
Sacude la mano tres veces y no pasa nada, suelta su objeto y lo deja caer al suelo, este rueda cuesta abajo y desaparece, se va por el camino hasta perderse en la lejanía. Siguiendo el rastro, se acomoda en unos laureles para poder dormir y descansar. Ya era de noche, hacía frío y necesitaba parar. Se despierta al otro día y decide continuar con su camino pero no sabe hacia donde tiene que ir. Se para, se prepara, se acomoda bien las cosas que llevaba colgando en sus ropas y empeiza a caminar para cualquier lado. Llega hasta un portal que tiene como puerta una especie de anilla gigante. Se para enfrente y trata de entender como es que se abre esto, lo empuja, lo golpea, lo frota pero nada. Cansado por el intento suspira. El portal se abre. No se anima a entrar. Duda, piensa que es mejor volver y quedarse donde estaba, pero finalmente, de un momento a otro y casi sin darse cuenta ya está dando el primer paso hacia adentro. Lugar oscuro y frio. Húmedo por de más. Siente, escucha, huele, mira la entrañable oscuridad y se desliza como si fuera una serpiente cada vez más al interior de esta cueva.
Oye una voz que lo llama y lo deja caer en el más insólito sueño. No puede salir, está atrapado dentro del sueño que a su vez está dentro de esta cueva. La voz no cesa y el cada vez más se pierde en su inconciente. Cae al suelo y rebota su cabeza contra el adoquín. Con el oido apoyado en el suelo siente una bibración y el rodar de una roca, que se va acercando cada vez más y el no puede hacer nada. No puede moverse ni reaccionar en la realidad, está inmerso en el sueño, pero puede oir y sentir lo que ocurre afuera. A medida que la roca se acerca su miedo crece y crece cada vez más, la desesperación es gigante y no puede evitarlo, decide que ha llegado su fin y que ya no podrá escapar, entonces se entrega a la inevitable muerte, se relaja, deja de luchar encontra de este sueño y se entrega a su destino. La roca ya está cerca y en cualquier momento se desprenderá el alma de este ser de su cuerpo y vivirá la vida eterna. Puede sentirla, ya está ahí, ya está al lado, ya siente su frio acercándose y cada vez con más furia. Ya está, la tiene al lado. Adiós.
Un instante después una piedrita le golpea la cabeza. El reacciona. Despierta de este sueño y puede mover sus partes. Mira la piedra. Era la misma piedra que había encontrado antes, la agarra fuertemente, no la va a soltar por nada del mundo, se sienta en el suelo, la mira, se para y sigue caminando. Encuentra una salida, abre la puerta y del otro lado está su familia en su cabaña esperándolo para cenar. Mira la piedra y la vuelve a soltar. La piedra comienza a rodar nuevamente, sale de la cabaña y desaparece en la lejanía. A lo lejos vuelve a escuchar el pájaro.

Viaje

A la mañana del servidor nocturno, sufre una catárcis y se va. Mira la pausa del ocaso y sale corriendo por las nubes del final. Acelera la pausa y comienza a reproducirse la imágen, se vierte en un colchón de vapor y se deja caer al avismo. Saltando por doquier, llega hasta la línea final donde tiene que decidir por una cosa u otra. Se queda. Mira, se abstrae un rato. A la vuelta surge como de las cenizas su cuerpo aplastado en el piso y se eleva más y más. Llega nuevamente a las nubes pero no se detiene allí, sino que sigue subieno, las pasa de largo. En un momento dado frena en el aire y se deja caer nuevamente, cae en ese colchón y se duerme. Se despierta y se encuentra en un lugar absolutamente distinto. Mensajes de almas por todos lados lo aturden y no lo dejan ver, lo atormentan y lo enceguecen y él, descompuesto, vomita. Acelera su pausa y se incrementa en su quehacer, deja la saliba a un costado y rompe la cualidad básica del ser. Abre los ojos. Observa. Nota que tiene los pies sobre la Tierra. Nota que está en un lugar distinto. Se deja chupar por esta sensación y cae en la cuenta de que está en otro lugar. Lugar ageno al de toda su vida. Lugar ageno al de todos sus pensamientos. Dónde estoy?, dónde estoy?
No sé, pero me quedaré acá un rato más. Un rato nomás, un rato.

ESTAMOS EN PERU

Hace unos dias envueltos en nubes de neblina y lluvias de tormenta nos embarcamos en la contupicencia remota del peru. No todos estamos ahi, pero si nuestros corazones, sentimientos, anhelos y gonzalos.


Cuando volvamos, les regalamos una torta con forma de torta.

etcetera

ESPERA

He vuelto a nacer y escribo sobre eso. Canto derramando gotas, sangro y escucho la felicidad. Araño cosas y termino lo que empecé. Miro por la ventana y veo a lo lejos aquel hombre que mirando a su alrededor sólo veía cabeza y no sentía su cuerpo. Ahora comprende. Se ve de un mismo lado constantemente y ya no está en un descampado. Está acompañado, se deja acompañar. Quiere, y se deja querer. Espera. Espera. Acompaña y cuida. Está bien. Es fuerte, seguro, erguido entre toda la muchedumbre se lo ve a él a punto de marcharse. Se dirige hasta allí y sólo ve eso. Nada más, una sola cosa encuentra en el vientre y decide largarla para dejarla con sus recuerdos y poder volver a buscarla cuando vuelva de este viaje. Que viaje. Que ida, que escapada, que regreso y que sensación de pertenecer a algo tan fuerte y extraña. Sensación que por mucho que se aferre a ella y se convenza de que ese algo es indefinido se siente parte de alguien más que de algo.
Lo disfruta. Se deja querer a su manera. Lo entiende, lo acepta y descubre que también puede hacerlo y que tantos gritos de alejamiento sólo eran la necesidad de acompañamiento que no entendía. Ahora todo es posible, se puede esperar y acompañar. Esperar. ¿Esperar? Quizás no baste con esperar. Quizás se canse de esperar. Pero siempre seguirá acompañando. Haciendo sentir bien. Sintiéndose querido y permitiéndose querer. No importa la espera. Que espere. No él, sino la espera. Que aguarde. Él ya no quiere seguir esperando, que aprenda a esperar. Que espere aprendiendo y que se sienta sola ella, y no él. Es ella la quiere sentirse sola. La espera. La espera necesita soledad. Necesita compañía, Necesita todo lo que yo no entiendo que quiere, pero lo necesita y como pueda se lo voy a dar y así, no seguiré esperando, sino acompañando la espera.

Aspero

estoy a diesiciete pasos de Sandro. Pero todavia esta lejos.

hace unos dias me carcome el deseo intrinseco humano de la madurez mental, creo que si lo pienso bien y desarrollo un plan tacticamente perfecto puedo llegar a lograrla, si bien eh efectuado todos los artilugios necesarios para posponer mi empresa, considero que ah llegado el momento justo para comenzar a dar los pasos que eh premeditado.

Debo antes q nada reconocer mis principales enemigos: yo . todos . mi memoria . mis prejuicios y por ultimo lucas de costa.

los podria plasmar en una hoja en blanco pero como ya los eh plasmado en el parrafo anterior, concidero que no hace falta.

el proximo paso es plantearme metas cortas.

1. dejar de hablar.

2.dejar de escribir.

3. pensar.

4.hablar.

5.escribir.

Los pasos subsiguientes considero que son demasiado exclusivos para su publicacion, si todo sale segun lo planeado, para eso del 4 de Agoto voy a haber crecido mentalmente, o no.



" Todos podemos ser asperos, pero solo debemos ser autocriticos. Y peronistas "